La Suerte, Nuestras decisiones, y La Vida.
La "SUERTE" con mayùsculas es importante tenerla en La Vida.
La Vida es como una Noria de Feria que te obliga a seguir su trayectoria, tan pronto subiendo o bajando, girando sin parar, luego despacio para volver a empezar, y otra vez subiendo, otra vez bajando, es un sin vivir, y otra vez vuelta a empezar sin escapatoria posible porque no la podemos parar, ni bajarnos en marcha sin sufrir daños irreparables. Asì que seguimos obligados por la trayectoria de la Vida que nos mueve a su capricho, ahora hacia adelante y luego vuelta hacia atràs, bajando, subiendo, girando... Y asì todos los dìas, todos los años, toda la vida sin parar.
Que agotador es sobrevivir en esta Vida. Que difìcil es para algunas personas llegar a viejas en condiciones dignas. Y cuando se llega en malas condiciones econòmicas, enfermas y solas, todavìa es mucho peor que por todo lo que se ha tenido que pasar hasta entonces.
Hay muchas personas buenas, entrañables, de buen trato y muy humanas que no siempre han tenido la suerte de cara, y cuando la tienen delante no la ven venir, y no la ven venir porque no estan acostumbradas a verla.
El lagarto tomaba el Sol tumbado sobre su roca favorita, el buen tiempo de esa mañana lo habìa sacado de su escondite, y orientado hacia el Astro Sol lo estaba disfrutando como un niño con un chupete untado en leche condensada.
El lagarto no habìa tenido mucha suerte en la Vida, el no ser un lagarto agresivo ni bien parecido le habìa privado de los mejores terrenos de caza y de copular con las hembras, que en cuanto lo veìan le descartaban para padre de su prole.
Allì estaba solo como siempre, no se movìa, estaba inmòvil sobre su roca, disfrutando de su baño de Sol, en eso quiso la fatalidad que unas piedras se desprendieran y alguna fuese a caer encima de nuestro amigo, golpeàndole un hombro y dejàndolo cojo de la pata delantera derecha.
El lagarto maldiciendo su suerte y al final tomàndolo con resignaciòn, se volviò a acomodar con su nueva situaciòn sobre la roca, para seguir disfrutando de los rayos del Sol.
Este lagarto de nuestra historia siempre habìa sido de buen conformar y de pedir muy poco a la Vida, la Vida por su parte le habìa negado muchas cosas pero a cambio le habìa dado bondad, empatìa e inocencia.
Los dìas siguieron pasando y el hombro no se curaba dejàndolo cojo y dolorido, el lagarto caminaba con dolores y a trancas y a barrancas seguìa con su vida con mucha dificultad.
Un dìa otro lagarto màs grande, fuerte y sano que por allì pasaba se fijò en èl, y le ofreciò su casa y su despensa para que descansara, comiera y cogiera fuerzas, a cambio nuestro lagarto tendrìa que vigilar y asear su casa cuando èl se ausentase. Nuestro lagarto cansado, cojo, dolorido y con hambre aceptò el ofrecimiento de buena gana.
Fueron meses felices para nuestro lagarto, tenìa comida, un hogar y un amigo que cuidaba de èl y lo protegìa...pero en esta Vida las cosas buenas por desgracia no son para siempre.
Nuestro amigo hizo nuevas amistades, habìa corrido la voz por el vecindario de que era muy bueno haciendo sus tareas y muchos fueron a conocerle, otros fueron directamente a contratarlo para que fuese a trabajar para ellos, cosa que no hizo al principio, pero al final le regalaron tanto los oìdos con halagos por lo bueno que era y con promesas de prebendas maravillosas que acabò aceptando los ofrecimientos.
Asì que se dejò embarcar en nuevas empresas que lo alejaron de su benefactor, llevàndole de aquì para allà como un trotamundos trabajando hoy para unos y mañana para otros. Asì estuvo unos años. La mayorìa de lagartos que lo contrataron lo engañaron todo lo que quisieron para al final no darle lo prometido y aprovechàndose de su ignorancia, buena fe y su incapacidad para rebelarse, lo fueron explotando cada uno un poco màs, y cuando ya no les valiò lo abandonaron a su suerte.
Nuestro lagarto cojo y viejo, acabò solo. Lamièndose las heridas del cuerpo y del alma. Sus momentos de felicidad habìan acabado hacìa mucho tiempo, para màs desgracia su pata mala enfermò llevàndole la enfermedad al resto de su cuerpo.
Muy enfermo y abandonado a su suerte volviò a su roca favorita, a tomar los ùltimos rayos de Sol... Si la Vida en esta ocasiòn asì se lo permitìa.
Fin.
Posdata: Iba a explicar esta historia y su moraleja, pero pensàndolo creo que es mejor que cada una y que cada uno, saque sus propias conclusiones sobre lo que aquì està escrito.
Salud para todas y todos de vuestra amiga, Margot.
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