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Margot Matre

Historias de la Navidad. 20.20

En un lugar del camino se encontraba andando con poca gana doña cigarra, por detrás de ella caminaba rápida una hormiga joven, de la última promoción del hormiguero en donde vivía, la hormiga pasó al lado de la cigarra y al mirarla observó que estaba flaca y cansada.

La joven hormiga se paró, y con mucha educación preguntó a doña cigarra si necesitaba ayuda. Doña cigarra sin detenerse y mirando a la joven hormiga, la dió las gracias por su interés, y la contestó que no necesitaba nada y siguió su camino.

La joven hormiga siguió con la tarea que tenía encargada y caminó rápida hacia su destino.

El destino de la joven hormiga, era ayudar a sus compañeras a recoger un bocadillo de jamón y queso que estaba caído en el sendero, y llevarlo a la despensa del hormiguero.

La hormiga preguntó a su superiora si podría darle un poco de ese bocadillo a una cigarra cansada y flaca que había visto en el camino, la superiora riéndose de la ocurrencia, la contestó que ni en bromas diría tal cosa, que las cigarras eran todas unas vagas y que no se merecían nada de nada, y además otra cosa muy importante, las hormigas solo nos ayudamos a nosotras mismas que es lo mismo que hacen todos los demás, así que no seas tú la más tonta del mundo, ayuda a tus hermanas del hormiguero y solo a ellas. Ahora vuelve al trabajo y rápida.

La hormiga cargaba con un trocito del bocadillo que estaba en el sendero y lo llevaba al hormiguero, luego volvía a por más para volver cargada al hormiguero, como hacían todas sus hermanas hormigas.

Nuestra joven hormiga sentía una necesidad muy grande por ayudar a los demás, aunque los "demás" no fuesen sus hermanas del hormiguero. Su conciencia la estaba martirizando.

En uno de esos viajes que hacía al hormiguero cargada con un poco del bocadillo, se desvió de su ruta y fué en busca de doña cigarra. La encontró sentada (estaba cansada no había comido nada en dos días), la hormiga se acercó a ella y sin decir nada, la dejó a su lado la carga que llevaba, y se marchó a seguir con su trabajo.

La joven hormiga estuvo todo el día llevando trocitos del bocadillo hasta su hormiguero, pero de vez en cuando se desviaba hasta donde estaba doña cigarra, para entregarle la carga del bocadillo que llevaba.

                                                       Fin.

 

Moraleja: En esta vida muchos te dirán que no ayudes a los que no se lo merecen, pero nunca debes entrar en si se lo merecen o no se lo merecen, porque esa no es la vara de medir de tu conciencia. Pregúntate si dormirás hoy mejor, ayudando o no ayudando.

Como al final habrás comprendido, no se ayuda solo por ellos, que también, se ayuda por nosotras/os mismas/os, para poder seguir siendo las personas buenas e íntegras que somos, y que queremos seguir siendo.

La mejor vara de medir no es lo que te digan los demás, la mejor vara de medir es tu conciencia. Es la que te permite descansar cuando haces lo correcto.

 

Salud para todos, vuestra amiga Margot.

Mi deseo para estas Navidades es que todas/os demostremos que somos buenas personas, y ayudemos en lo que podamos a los demás, sin mirar su condición, o si se lo merecen.

Felices Navidades, y Feliz Año 20.21

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