La decisión al final del camino.
No creo que la forma de vivir y de morir esté en nuestras manos, principalmente porque existe la casualidad y no sabemos en manos de quien está.
Lo que si entiendo es que la vida es positiva, pero que por alguna extraña razón que desconocemos a veces se nos complica demasiado, exponiéndonos a duras pruebas para las que no estamos preparados.
Podríamos decir que nuestra vida está dividida en tramos de tiempo que vienen a coincidir con los periodos de nuestra infancia, adolescencia, madurez, pre-vejez y ancianidad, con todo lo que esto nos va suponiendo en cuanto al deterioro físico y mental que se va produciendo en estos tramos de nuestras vidas.
A lo largo de estos tramos de vida nos suderán muchas cosas, unas peores y otras mejores, todas juntas nos ayudarán a madurar y a tomar mejores decisiones en el futuro.
La fortaleza mental que vayamos construyendo en nuestro interior nos ayudará a soportar mejor las penalidades y a no rendirnos facilmente.
Los pensamientos siempre positivos nos ayudarán a plantar cara a todos los problemas que se nos presenten en la vida, porque cuando una sabe que al final de todo va a ganar, no piensa nunca en rendirse, y esta actitud será muy beneficiosa sobre todo cuando seamos ancianas/os y nos encontremos más desválidos.
Es normal querer rendirse cuando las dificultades parecen insalvables, cuando hemos tocado fondo, o cuando estamos cansados de luchar y nuestras fuerzas nos fallen, bien por causas de nuestras enfermedades, por lo mayores que ya somos, o por otras causas igual de justificables.
Es en este momento cuando pensamos para que seguir luchando, que la vida es un sin sentido, además nos quedamos sin razones suficientes para seguir viviendo.
Llegado a este punto podemos pensar que ha llegado el momento de abandonar este mundo y salir por el foro.
Es en este momento cuando pensamos en el suicidio, en acabar con nuestras vidas, bien para dejar de sufrir o bien para dejar de hacer sufrir a nuestros seres queridos.
Estos son los momentos más dificiles de nuestras vidas, posiblemente porque sabemos que ya no tenemos más recorrido, que esto ya se acaba.
El Suicidio y la Eutanasia son dos decisiones muy importantes como para tomárselas a la ligera por personas externas a las interesadas.
Entiendo que son decisión única y exclusiva de cada individuo y de sus circunstancias, que deben ser aceptadas y respetadas por todos.
La Vida es dura con nosotros y no dejará de probarnos hasta el final. La Vida quiere saber de que pasta estamos hechos.
Considero que sería muy triste para mí, después de toda mi vida sorteando mil dificultades rendirme al final.
Tengo clarísimo aunque esté equivocada, que todo lo que nos pasa en nuestras vidas no dejan de ser más que pruebas, pruebas que deberemos superar para aprobar el Curso que es esta vida.
Para que ha servido todo nuestro sacrificio a lo largo de nuestros años de vida si al final nos rendimos, sería como abandonar al final de una larga carrera cuando tenemos la meta a la vista.
No y No. Me niego a rendirme sin dar la última batalla.
Rendirse es renunciar a todos nuestros valores personales, a la filosofía de vida que hemos estado atesorando a lo largo de nuestra vida.
Para que han servido todas las batallas que hemos dado en esta vida si al final nos rendimos, yo os lo diré: Para nada.
Llegados a este punto de decidir si rendirse o seguir luchando, lo tengo muy claro, yo no he llegado tan lejos para rendirme, asi que seguiré luchando confiada en llegar hasta el final para poder dar mi última batalla.
La Vida es un canto a lo positivo y está en nuestras manos que siga siendo así, todo depende de nosotros, de lo que pensemos y de nuestra voluntad para seguir adelante.
Gracias a Margot por dejarme escribir en su blog. Saludos para todos, Margarita.
0 comentarios