Historias de la Navidad.
Antonio hablaba en el bar con su amigo Miguel mientras se tomaban unos vinos...
La Navidad es una chorrada, es un invento de la Iglesia que luego los comerciantes han exprimido al máximo hasta dejarnos a todos exaustos y sin un duro, y ¿todo para qué? ¿para celebrar algo que a la mayoría de las personas les resbala? vamos que les dá igual, lo único que entienden es de sobre-alimentarse, gastar por encima de sus posibilidades, divertirse emborrachándose y extralimitándose aprovechando la coyuntura, y el que no obra así es porque no puede, porque la verdad es cada vez hay menos personas con sentido común.
Miguel que ya llevaba unos vinitos de más, asentía a todo lo que decía su amigo Antonio, este reconfortado con la aprobación de su amigo seguía con su discurso.
Te quieres creer mi querido amigo que el otro día bajando en el ascensor con un adolescente vecino mío, le pregunté por el nacimiento de Jesús y me contestó que eso se celebraba en Semana Santa y que lo que celebrábamos ahora en Navidad era Santa Clauss y los Reyes Magos. Y el tipo se quedó tan pancho, tan tranquilo, como si hubiera aprobado la selectividad con esa respuesta.
Lo que yo te digo Miguel, La Navidad es un invento muy rentable para algunos, un invento que todos aceptamos, sin detenernos a pensar que es lo que realmente estamos celebrando en estos días.
Antonio tomó su vaso y echando un trago de vino se quedó pensando en todo lo que acababa de exponer.
Su amigo Miguel aprovechando el descanso de Antonio se animó a divagar sobre el mismo tema "La Navidad".
Pues Antonio te digo yo que tienes toda la razón en todo lo que dices... (y tomando un traguito de vino siguió con su alocución).
A mí me pasó en unas Navidades (porque iba un poco piripi) que me equivoqué de portal cuando volvía a mi casa y como no tenía las llaves llamé al automático, a la que yo creía que era mi casa, total que llamé pensando hablar con mi mujer para que me abriera la puerta del portal, en realidad hablé con la propietaria del piso que no me quiso abrir y mira que yo insistía una y otra vez al timbre diciéndola que yo era su marido, total que al final la señora se convenció de que yo era su marido y me abrió el portal, total que cogí el ascensor y subí a mi piso convencido de que iba a mi casa.
Cuando llegué al piso no pude salir del ascensor, la puerta se abrió y en el descansillo me estaba esperando un hombre como un armario de grande, que sin mediar palabra me arreó dos tortazos que me dejaron sentado en el suelo, eso si fué lo sufientemente amable para dar por mí el botón de bajar en el ascensor.
Total que se me pasó la bolinga de inmediato, y entonces me percaté de que me había equivocado de portal y además tengo que reconocer con absoluta vergüenza, que tampoco acerté con la calle, me había equivocado de portal, de piso, y hasta de calle. (Menuda tajada debía llevar).
Total que piano, piano, (completamente despejado) fuí haciendo el camino andando (esta vez sin equivocarme) hasta mi casa.
Antonio le miraba incrédulo, y de pronto se echó a reir a carjadas escuchando y viendo como lo contaba todo su amigo Miguel.
Miguel serio, absorto con sus pensamientos y echando otro traguito siguió...
Sabes Antonio, si las personas entendieran lo que celebramos en Navidad a mí no me habría pasado lo que me pasó. Si las personas con las que me topé hubieran tenido espíritu Navideño, habrían visto que yo solo era una persona confundida por culpa de la bebida, que eso en Navidad por desgracia es lo normal, y en vez de sacudirme como a una estera, tendrían que haberme ayudado a volver a mi casa.
Pues eso amigo Antonio, "La Navidad" ya no es lo que era.
Total...una cosa que me pasó ese día y que fué la culpable de todo el lío, ya no me ha pasado nunca más. Ya nunca me he vuelto a dejar las llaves olvidadas y te aseguro que es lo primero que miro antes de salir de mi casa.
Saludos para todos de vuestra amiga, Margot.
Feliz Año 2.018 (Es mi deseo para todos).
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