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Margot Matre

COSAS DE NIÑOS.

        Juanito había estado hablando con su madre y esta se lo dejó muy claro, le dijo: ¡Juanito, hoy estás castigado sin televisión por haber pegado a tu hermana Beatriz! ¡Vete inmediatamente a tu cuarto y recapacita!

        Juanito era un niño de 9 años, vivía en una casa muy bonita de dos pisos junto con sus padres y su hermana Beatriz de 6 años, su hermana y él siempre estaban peleándose, esta vez su madre que estaba harta de los dos le había castigado.

        Beatriz la benjamina de la casa, era una trasta que nunca dejaba pasar la oportunidad de meterse con su hermano, en esta ocasión le había tirado dentro de la taza del inodoro, a un guerrero Siux y a su caballo que eran de plástico duro, con los que estaba jugando Juanito, y claro este fuera de si la dió un tortazo.

        Beatriz también había sido castigada por su madre lo mismo que Juanito a no ver la televisión.

        Juanito se fué a su cuarto que estaba en el piso superior muy enfadado, se tiró boca arriba encima de la cama y empezó a golpear el colchón con todas sus fuerzas, primero con las manos, luego con los pies y por último saltando encima.

        Cuando Juanito se cansó de pelearse con el colchón se sentó sobre él y empezó a recapacitar, estaba harto de que siempre le castigasen por culpa de su hermana, no era justo, tampoco era justo que a Beatriz por ser la más pequeña la dejaran hacer lo que quisiera, mientras que a él su hermana no le dejaba en paz nunca.

        En esas estaba cuando de pronto la cama se rompió y se cayó, haciendo mucho ruido al chocar contra la madera del suelo, (entre que la cama era vieja, y la paliza que le había dado Juanito, las patas traseras de la cama no habían podido soportarlo y se habían roto).

        A María la madre de Juanito que estaba justo debajo haciendo sus tareas de casa, casi la dá un síncope al oir el golpe de la cama contra el suelo, subió a la carrera pensando que el golpe se lo habría dado Juanito en la cabeza.

        María abrió la puerta del cuarto y se encontró a su hijo intentando arreglar la cama, (María respiró tranquila, Juanito estaba bien). Que has hecho esta vez le gritó. 

        Juanito balbuceo algo que no se entendía, mientras levantaba las manos en el aire indicando que él no sabía nada.

        María sin dejar de gritar y de quejarse por la mala vida que le daban sus hijos, echó un vistazo a la cama que todavía se sostenía sobre sus patas delanteras, comprobó que la cama más abajo no iba a ir, asi que dirigiéndose a su hijo le dijo: Hoy dormirás en esta cama y mañana ya veremos, lo que tengo muy claro es que en todo el mes no vas a ver la tele, así tendrás tiempo para recapacitar sobre todo lo que me estás haciendo. Y dando un portazo salió del cuarto muy disgustada.

        Juanito se quedó más tranquilo cuando su madre se marchó, tampoco le había ido tan mal después de todo. Lo primero que hizo fué tumbarse encima de la cama con mucho cuidado, la cama resistía, aunque él no estaba nada confiado.

        La puerta del cuarto se estaba volviendo a abrir, Juanito se giró instintivamente, miró hacia la puerta abierta y alli estaba ella, la responsable de todo.

        Beatriz tenía una sonrisa de oreja a oreja, había oído el ruido de la cama al romperse, así como gritar a su madre, con lo que apareció cuando ya había pasado el peligro. Beatriz echó un vistazo a la situación, su hermano estaba tumbado en una cama inclinada y parecía que se lo estaba pasando muy bien.

        Juanito que conocía a su hermana mejor que su propia madre, cuando vió la sonrisa en la cara de Beatriz trató de levantarse de la cama, pero ya era demasiado tarde, Beatriz ya estaba corriendo hacia la cama y de un salto cayó encima de él (que en ese momento se estaba incorporando), cayendo los dos juntos sobre lo que quedaba en pie de la cama.

        Como era de esperar la pobre cama no pudo soportar la trastada de Beatriz, y cayó haciendo el doble de ruido que la primera vez.

        Los dos niños que estaban abrazados, se quedaron como estatuas sobre la cama, que ya descansaba sobre el suelo, esperaban a que su madre entrara de un momento a otro por la puerta muy enfadada.

        Los minutos pasaban y allí no subía nadie, de pronto los niños empezaron a reirse a carcajadas, no podían parar sus risas.

        La madre que había visto subir a Beatriz al piso superior oyó el golpetazo, pero no se movió, esperaba de un momento a otro escuchar los lloros y quejas de sus hijos, pero cuando lo que escuchó fueron sus risas, una sensación de alivio la recorrió todo el cuerpo, estos niños pensó, y sonriendo siguió con su tarea.

 

 

       

         Saludos para todos de vuestra amiga, Margot.

       

       



       

       



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