NO LO VIERON VENIR.

 

El agua plateada del estanque se dejaba arrullar por la brisa que traía el viento del Sur, una hoja de castaño flotaba en el agua meciéndose y meciendo a su vez, a un gusano que había tenido la desgracia de caer con ella al estanque.

El gusano en su desesperación se asomaba por los bordes de la hoja del castaño y al tocar el agua se volvía para recluirse en el centro de la hoja, como esta acción la repetía muchas veces y con gran frenesí, daba la impresión de ser un danzarín interpretando una danza cómica.

En esas estaba cuando cayó otra hoja de castaño al agua y que traía sobre ella a otro gusano, que también tuvo la mala suerte de caer al estanque.

Los dos gusanos se miraron con desafío, durante todo el día se habían peleado por ver quién de los dos comía las mejores hojas del árbol (eran dos glotones empedernidos).

De pronto, los dos empezaron a devorar las hojas sobre las que flotaban para así evitar que el otro se las comiera, sin percatarse de que ninguno de los dos sabía nadar.

Todo acabó en unos minutos, las hojas porque se las comieron los gusanos, y los gusanos porque se murieron ahogados.

 

Moraleja: Cuidado con la avaricia, impide que veamos el precipicio que tenemos delante.

 

         Saludos para todos de vuestra amiga, Margot.