Nuestra Peor Invención.
La vida que vivimos cada uno de nosotros es muy distinta, es verdad que vida solo hay una, pero también es verdad que cada uno de nosotros la vive según su realidad y según su manera de ser y de pensar.
Cada día veo y hablo con distintas personas, cada una de ellas con sus realidades y con sus ficciones, es curioso como cada una de esas personas con las que hablo tiene estructurada mentalmente su vida según su realidad y según su manera de pensar. En todos los casos sus vidas y sus pensamientos no coinciden entre ellos, cada persona tiene su propia manera de vivir y de pensar y es distinta a los demás.
Lo paradójico es que sucede lo mismo entre parejas que viven juntas, entre familiares y amigos. No hay dos personas que tengan idéntica mentalidad sobre la forma o manera de vivir la vida individualmente.
Si es verdad que todos conocemos grupos de personas que se juntan para realizar una actividad determinada, como por ejemplo los hinchas de futbol, también hay cientos de colectivos que aglutinan a muchas personas que acuden para compartir actividades afines, pero esto que compartimos con los demás es solo nuestra parte externa, nuestra parte pública.
Las personas como ya sabéis, además de nuestra parte externa o pública, tenemos nuestra parte interna (nuestro "YO" interior) y es esa parte de nuestra vida la que no vamos a compartir, ni a modificar, así se caigan las Estrellas del firmamento.
Es esa parte interna la que orienta y dirige nuestros pensamientos hacia un interés que está anclado en nuestra mente, y que es el que hace posible que vivamos la vida en general de una manera particularizada.
Todas las vidas tienen su razón de ser para las personas propietarias de esas vidas, y sí que hay mejores y peores formas de ser.
Cada persona orienta su vida según sea su capacidad para controlar: SU CAPACIDAD PARA MENTIR Y MENTIRSE, SU EGO, SU EGOÍSMO, SU AVARÍCIA, SU IRA, SU SOBERBIA, SU MIEDO, ETC.
Las personas mentalmente se construyen fortalezas donde guardar sus justificaciones y sus engaños, que les son tan necesarios para defender su forma de vida a nivel interior y exterior.
Con el paso de los años han fortificado tanto sus fortalezas mentales, que tienen la justificación y el engaño adecuado para confundir a su mente y a los demás de una manera completamente interesada.
Es en ese momento cuando el vivir se convierte en un ejercicio de defensa a cualquier precio contra esos pensamientos que vienen del exterior, pensamientos que nos presentan otras personas que tienen sus propios pensamientos e intereses, construidos como nosotros a lo largo de los años en sus fortalezas mentales y que al igual que las nuestras son inexpugnables.
Así de esta manera las consciencias se van separando las unas de las otras hasta hacer que vivamos vidas que externamente parece que convergen en la misma dirección que las demás, pero la realidad interna de esas vidas es que cada día que pasa las divergencias se hacen mayores con los demás, hasta el punto de que ya no hay retorno para esas personas, ni por supuesto para el resto de la sociedad.
Cuando somos mayores seguimos viviendo en la realidad que nosotros hemos construidos a lo largo de nuestra vida, y que si tenemos suerte y nos salen bien las cosas, nos iremos con ella felices hasta la tumba.
Pero hay otra realidad y es cuando las cosas no salen como esperábamos...
Es en esos momento cuando nos agarramos con más fuerza que nunca a nuestras creencias, las que nosotros hemos construidos con justificaciones y engaños a lo largo de nuestra vida.
Es en ese momento, al final de nuestras vidas, cuando nos rebelamos contra la realidad que nos ofrece la Vida, una realidad que nos hiere, una realidad que se enfrenta contra la nuestra, y una realidad que no vamos a aceptar nunca.
Esa no aceptación de la nueva realidad que se nos presenta, hace que nos aislemos de los demás, que suframos como nunca antes habíamos sufrido, que maldigamos a todos porque a nuestro entender todos son culpables de nuestro sufrimiento, no entendemos como "siendo tan buenos y habiendo hecho tanto bién a los demás" no se nos trata con la misma deferencia.
Es el momento del sufrimiento, es el momento en el que seguimos sin aceptar que toda la culpa de todo lo que nos pasa es nuestra, en fin es el momento en el que vivimos otra realidad que no es de nuestro agrado, pero que es la consecuencia de la realidad que nosotros hemos creado a lo largo de nuestra vida.
Saludos para todos de vuestra amiga, Margot.
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