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Margot Matre

Al final de una vida.

 

 

Julia entra en su casa, deja la compra encima de la mesa de la cocina, luego se sienta en una silla y se descalza, mientras lo hace mira a su cocina y al resto de la casa, piensa en lo vacía que está y en su soledad.

 

Julia es viuda desde hace tres años, tiene 85 años, dos hijos y cuatro nietos, todos con unas vidas muy ajetreadas, tan ocupados están que no pueden acercarse a saludar a Julia en algún momento de sus vidas. Los amigos de Julia también se fueron quedando por el camino.

 

En otra época la casa de Julia era el centro de todas las reuniones, cuantas comidas, cenas, cumpleaños y navidades habrán celebrado en ella. Muchas.

 

Julia gobernaba su vida y la de los demás, nunca se había sentido sola, hasta ahora.

 

Julia se pone las zapatillas de estar en casa y se incorpora. No guarda rencor a nadie, tampoco está enfadada, lo único que siente es tristeza, una gran tristeza.

 

Con calma va distribuyendo la compra en su sitio, luego guisará al tiempo la comida y la cena, es otro día más en su vida, es lo que hay, se repite una y otra vez Julia. Es lo que hay.

 

 

 

Saludos para todos,

vuestra amiga Margot.

 

 

 


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