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Margot Matre

UN DÍA CUALQUIERA, (capítulo III).

 

(Continua del capítulo II)

 

Tenemos un nuevo Señor, Amo y dios, se llama "dios Oro". Existe un un nuevo dios para el hombre moderno, ese nuevo dios se llama "dios Oro".

 

Cuando digo nuevo, no lo digo porque sea reciente que no es el caso, lo digo porque para el hombre antiguo, el oro no era un artículo de primera necesidad, para ellos el oro solo era un material para hacer sus abalorios, para construir imágenes de sus Deidades y Totems, como eran el Sol, la naturaleza, personas influyentes en su sociedad, animales etc.

 

Para el hombre antiguo había otros valores que eran más importantes que el oro, como la familia, la amistad, el clan, sin los cuales su supervivencia no hubiera sido posible.

 

Para el hombre antiguo las praderas y bosques eran patrimonio de todos, la propiedad privada no existía, entre ellos todo se compartía y respetaban la Naturaleza. (Es lo mismo que hacen actualmente algunos grupos de indígenas, que siguen viviendo en sus selvas como antes lo haciamos los demás).

 

En un momento de nuestra historia "alguien crea la necesidad de tener cosas", cosas que no son necesarias para la supervivencia de un Clan, es en ese momento cuando aparece el culto al "Oro", y a partir de ese momento nace entre los hombres la avaricia y la codicia sin límites.

 

Es curioso como a lo largo de nuestra existencia, se producen cambios para redirigir nuestros pasos hacia direcciones que nada tienen que ver con nuestras necesidades, ni con nuestros sentimientos naturales.

 

Los hombres antiguos tenían su propia cultura y sus propias crencias, esas crencias estaban fomentadas por su experiencia después de muchos siglos de convivencia con su entorno. Eran felices con sus tradiciones, uno solo con la naturaleza y colmados espiritualmente.

Pero entonces llegan las nuevas religiónes con nuevas culturas, y se imponen a la fuerza, arrasando con todo lo que encuentran a su paso, ya sea espiritual o físico, no respetando nada, ni a nadie, imponiendo un nuevo orden, nuevas crencias y unas nuevas leyes.

 

El daño que han ocasionado las culturas y las religiones impuestas, aún está por valorar.

 

En otro momento de nuestra historia, las nuevas religiones se encuentran con el oro,(se vuelve a redirigir los destinos del hombre) y apareció un nuevo dios "el dios Oro", es entonces cuando el daño que se hace al hombre es irreparable.

 

El "dios Oro" sigue dirigiendo los designios del hombre moderno, cada vez es peor su dictadura, todas las excusas de los hombres y de sus acciones que tengan que ver con el oro, o con su subalterno "don Dinero", son válidas y a todos nos parecen buenas.

 

El hombre y la mujer se han vendido a si mismos, a sus familias, a sus amigos y a su clan, todo lo han vendido para seguir al nuevo dios al "dios Oro".

 

 

Continuará.

 

 

Saludos para todos de vuestra amiga, Margot.

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