TRILOGÍA. Tercera Parte.
"TRILOGÍA" Tercera Parte.
(La experiencia es un grado)
Antonio estaba sentado en una silla en la terraza de su piso, miraba la calle plácidamente. Era viudo, tenía tres hijos que vivían lejos y siempre que podían le visitaban. Vivía solo, una mujer pasaba por su casa tres veces a la semana, le hacía la comida y la limpieza del piso.
Antonio era un anciano de 90 años, había tenido una vida dilatada y azarosa, a sus 90 años se sentía dueño y señor de su situación, pero no siempre a lo largo de su vida fué así.
Cuantas veces las dificultades que había encontrado en su vida le habían parecido infranqueables, ahora las veía como agua pasada. Nunca nada de lo que en su día le pareció una tragedia, ahora le parecía que lo fuera.
Cuanta experiencia llevaba acumulada a sus espaldas, que pena el no poder trasladar sus experiencias a sus hijos y a sus nietos, cuanta sabiduría fruto de sus 90 años de existencia perdida.
Por una cosa o por otra, nunca fue capaz de trasladar esa experiencia a su descendencia.
Ahora si pudiera, les diría a todas esas personas que se ven en aprietos, aprietos que en estos momentos les parecen insalvables, que no desesperen y que sigan adelante, nunca nadie dejó de conseguir sus objetivos u otros, salvo por que se rindió.
Esto pensaba el anciano.-
Con el paso del tiempo he aprendido que en situaciones límites, hay una salida, siempre hay una salida.
Cuando llegas a los 90, te das cuenta de que has podido (a tu manera) con todos los retos con los que te has enfrentado, que sigues aquí a pesar de todo y pese a todo.
Si estoy aquí es porque he sobrevivido a la vida y a todos sus retos, esa experiencia me permite lanzar un mensaje, a todas las personas que hipotéticamente me pudieran escuchar.
A los jóvenes les diría que yo he sido joven como ellos, y ahora con 90 tacos les digo:
No queraís conseguir las cosas "YA".
Comprender a vuestros padres, darles cuartelillo, ellos con todos sus defectos os quieren, respetar sus vidas, respetar sus decisiones, aunque no las entendáis en estos momentos.
Si queréis cambiar las cosas que os rodean intentarlo, pero no seáis duros con los que no piensen como vosotros, ser tolerantes.
A los demás les diría:
Solo tenéis una Vida, como la queráis vivir es cosa vuestra, pero tenéis que asumir vuestros errores.
Y SOBRE TODO CONFIAR EN QUE VAIS A SALIR ADELANTE SIEMPRE, y si no miradme a mí, con 90 años y aún dando caña.
Saludos para todos, vuestra amiga Margot.
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