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Margot Matre

Un ataque por estress.

El tiempo era su aliado esa noche, tal y como lo había sido en otras ocasiones a lo largo de su vida.

 

Estaba realmente asustada, el sudor la recorría todo el cuerpo, parecía un manantial de agua brotando sin parar, el dolor en su estómago la mantenía doblada por la mitad, estaba teniendo un ataque producido por tanto estress acumulado.

 

(Para Jullieta esta situación no era nueva, ya la había padecido en otras ocasiones, la primera vez que le sucedió este hecho, el dolor era tan brutal, que sintió que la estaban abriendo el estómago, con dos manos introducidas dentro y tirando hacia los lados. 

En esa ocasión con ayuda de un samaritano, llegó al hospital entrando por urgencias, y debido a los gritos de dolor que daba, la atendieron inmediatamente, todo fué entrar doblada, ponerla en una silla de ruedas, llevarla a rayos, incorporarla para hacer la placa, y automáticamente desapareció el dolor, el ataque y cualquier atisbo de nerviosismo.

Las placas salieron correctísimas, así como todos los análisis que la hicieron).

 

Una cosa tenía clara Jullieta, era que de esta no se iba a morir, porque no se había muerto en otros ataques y éste era uno más.

 

Así que cogiendo el teléfono móvil, se fué a la carpeta de los juegos,  y abriendo el juego de la culebra comilona, se puso a jugar intentando concentrarse en el juego,  olvidando el ataque que estaba sufriendo.

 

El agua que salía por los poros de su piel, lo inundaba todo, al tiempo tenía tanto frío, que estando tapada con una manta estaba helada, el ataque era tan fuerte que se hizo cacas encima.

 

Jullieta sabía que concentrada en el juego, era cuestión de tiempo que pasase el ataque, sabía por experiencia que ni se iba a morir, ni le iban a quedar secuelas, que con la misma rapidez que se había producido el ataque se iría, así que en medio de su situación, pudo concentrarse en la culebra comilona, y como ya sabía, el ataque al cabo de un tiempo, (que le pareció interminable) desapareció como había llegado.

 

Algo tenemos que tener claro ante estos ataques: Se producen cuando más relajados estamos y por sorpresa.

No matan, son producto de nuestro estress acumulado, llevando una vida más relajada los evitamos, si no somos capaces de controlarlos nosotros mismos,  buscar la ayuda de un médico para que nos ayude.

Pero sobre todo, "Que nunca cunda el pánico". Tenemos que ver en estos ataques, una oportunidad de "oro" para avanzar en nuestro progreso personal.

Por esta razón cuando llega el ataque hay que ir a por élen vez de acobardarnos. El miedo es su aliado, por eso es importantísimo no demostrar miedo.

Por supuesto sería mucho mejor no tener miedo.

                                          Saludos para todos.

 

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