EL DESEO, Nuestro Verdadero AMO.
Todo lo que tengo es tuyo y todo lo que tù tienes tambien es tuyo, lo mìo es tuyo y lo tuyo es tuyo. Esto que parece un acertijo no lo es, es tan solo una realidad, una realidad tan grande como una casa.
Te has aferrado tanto a las cosas, que te has olvidado del valor real de la Vida, el valor real de tu vida.
Para que vale tu vida si tù no eres capaz de discernir entre lo autèntico y lo falso, entre lo que es necesario y lo que no lo es, pues yo te lo dirè, no vale para nada.
Eres una persona fantàstica cuando hablas de las cosas que harìas por los demàs, o de como hay personas malas que segùn tù, deberìan dejar de existir en este Mundo por su mal comportamiento, pero tù a la hora de la verdad eres parecida a ellos, a la hora de convertir tus palabras en hechos, tararì, tararì.
Eres una persona que vives deseando tener, cuanto màs mejor, y no solo hablo de cosas materiales, tambièn hablo de cosas emocionales. ¿Y porquè ese deseo irrefrenable por tener?, pues para estar màs segura en tu posiciòn, para estar màs segura ante la Vida.
Pero te equivocas de camino, la seguridad ante la Vida no la deberìas buscar en tu exterior, la seguridad para vivir la Vida la deberìas buscar en tu interior, porque allì es donde se encuentra.
Lo que tù tienes es miedo a perder, por eso llevas la vida que llevas, por eso te aferras a las cosas, pero la Vida no la podemos vivir con miedo, la Vida la debemos vivir sin miedo, para disfrutarla plenamente.
El miedo solo lo es porque tenemos miedo a perder algo, cuando las personas no tienen nada que perder, o bièn no tienen miedo a perder lo que tienen, es cuando dejan de tener miedo, asì de sencillo.
Esta verdad como una montaña de grande, es la ùnica verdad que explica el miedo que tenemos, y que para algunas personas puede ser el detonante de muchas de sus enfermedades, tanto fìsicas, como mentales.
La Vida deberìa ser una experiencia gratificadora para todos, pero las personas la convertimos en una lucha para obtener deseos, deseos que una vez conseguidos no nos hacen màs felices, deseos que nunca se acaban, y no se acaban porque despuès de la consecuciòn de un deseo quedamos insatisfechas, y producto de nuestra insatisfacciòn se produce un nuevo deseo, y asì hasta el final de nuestras vidas.
Si nos paramos a pensar solo cinco minutos sobre nuestras vidas, nos daremos cuenta que si quitas de nuestras vidas los deseos, lo que queda es lo que somos realmente.
¿Y que somos realmente?, somos seres con una gran inteligencia, (todavìa por desarrollar), y con sentimientos positivos por todo lo que nos rodea, sentimientos que al igual que sucede con nuestra inteligencia tenemos que seguir desarrollando en un marco de tranquilidad y sin distracciones.
El ser humano tiene una mente tan compleja que al dìa de hoy no ha desarrollado todas sus capacidades cognitivas que segùn los especialistas son muchìsimas, personalmente creo que al no desear perderà el miedo a perder, y ademàs dejarà de perder el tiempo en la consecuciòn de deseos, eso le harà ser màs fuerte mentalmente, y desarrollar otros campos de su cerebro, que al no estar ocupados y preocupados, por los deseos y la consecuciòn de ellos, tendràn la libertad para desarrollarse y expandirse.
Por supuesto que no me olvido de los sentimientos positivos de los humanos, por eso estoy segura que nuestra mente una vez libre de los servilismos por los deseos, volverà al camino de la construcciòn positiva, donde imperan los sentimientos positivos que todas y todos compartimos.
Y volviendo a mi querida persona del principio de esta historia, yo no pierdo la esperanza de que algùn dìa tù tambièn cambiaràs, pero para eso primero tendràs que dejar de desear.
Salud para todas y todos, vuestra amiga, Margot.
0 comentarios