Blogia
Margot Matre

LA TORTUGA, LA LIEBRE, Y EL TIEMPO.

El tiempo que vivimos pasa sin darnos tregua, no nos da ni un pequeño descanso, tic, tac, tic, tac... Nunca se detiene, tic, tac, tic, tac... Es inexorable con nosotras, tic, tac, tic, tac.

Nosotras ingenuas e ilusas nos creemos que somos el centro de nuestras vidas y de nuestras obras, que podemos controlar el tiempo, de hecho los humanos hemos construído relojes y maquinarias para medirlo, sin pararnos a pensar que todo lo que hacemos es medirlo, solo eso.

El tiempo total que vivimos en nuestra existencia es relativo, esta supeditado al tiempo presente que nos pasa a diario y que nos pasará sin apenas darnos cuenta, hasta que un buen día somos viejas y viejos, pero para entonces ya es tarde para enmendar cualquier rumbo anterior que nos ha traído hasta aquí, y es entonces cuando nos damos cuenta de que no hemos disfrutado del tiempo que se nos ha dado correctamente, más bien lo hemos dilapidado en tonterías, o en regalárselo a otros, o vete tu a saber en que lo hemos gastado, pero seguro que no lo hemos gastado para entender que hacemos aquí, en intentar descubrir nuestras luces y nuestras sombras, ni tampoco lo hemos usado en averiguar como son los demás, y porque nos hemos dejado arrastar por los vientos de otros que nos han dirigido hasta el final de nuestras vidas, sin darnos cuenta de que esas personas controlaban nuestro tiempo.

Nuestra Vida "solo" es un tiempo que se nos ha dado para gastarlo, en lo que nosotras y nosotros queramos, sabiendo todos de antemano que se agotará lo mismo que en un reloj de arena, por eso haríamos bien en usarlo lo mejor posible, sobre todo aquellas y aquellos que aún tienen tiempo para gastar.

Cuando yo era pequeña me contaron una historia sobre una tortuga y una liebre, y ahora yo os la voy a contar a todos, a vosotras y a vosotros.

Una tortuga iba andando hacia su pueblo que estaba a un kilometro de distancia, en el camino se encontró con una liebre que estaba tumbada en un lateral del camino.

- Liebre: Hola señora Tortuga, que calor hace hoy, porque no se sienta aquí conmigo a descansar un rato.

- Tortuga: Lo siento señora Liebre pero no puedo, me estan esperando, tengo prisa por llegar a mi pueblo, gracias por su interés.

- Liebre: Prisa, que tiene usted prisa, perdóneme usted señora Tortuga por lo que le voy a decir, pero si usted fuese una liebre lo entendería, pero siendo una tortuga, que usted me hable de prisa, me da la risa.

La Tortuga siguió con su caminar, sin detenerse y sin contestar a la Liebre.

- Liebre: Me ha hecho usted tanta gracia con su prisa que la reto a ver quien llega antes a su Pueblo, usted o yo.

La Tortuga escuchaba a la Liebre pero seguía sin contestar.

- Liebre: Como las dos sabemos que yo soy la más rápida, la voy a dar 20 minutos de ventaja, que me dice señora Tortuga, acepta mi reto.

La Tortuga ya estaba cansada de las tonterías de la Liebre.

- Tortuga: Acepto su reto señora Liebre, la esperaré en mi Pueblo.

La Liebre se reía ella sola diciéndose, "ha dicho que me esperará en su Pueblo" y a cuenta de esa frase que repetía sin cesar, se reía como una loca.

La Tortuga seguía avanzando sin detenerse, como era su costumbre, iba como un reloj marcando el paso, Tic, Tac, Tic, Tac.

La Liebre seguía descansando al lado del camino, debajo de un árbol y al amparo de los rayos del Sol, estaba muy tranquila y tan segura de su triunfo que se durmió.

Cuando de despertó echó a correr asustada, pensando que la Tortuga llegaría al Pueblo antes que ella.

Cuando llegó la Liebre al Pueblo, la Tortuga ya la estaba esperando, y así de esta manera la Tortuga ganó el reto.

 

NOTA: Volviendo a nuestro tema sobre el Tiempo, os puedo asegurar que con el Tiempo pasa lo mismo que le pasó a la Liebre, que pasa sin detenerse y para cuando nos damos cuenta ya ha pasado.

"El símil de esta historia es que la Liebre somos nosotros, y la Tortuga es el Tiempo"

Recordad el Tiempo es todo lo que tenemos, y es limitado, no se detiene, no se puede parar, ni almacenar, solo nos queda utilizarlo lo mejor posible.

 

                        Salud para todas y todos, Margarita.

0 comentarios