ESTE ES UN RELATO DE FICCIÒN.
Bueno , bueno, bueno, parece que ya estamos todos aquí, todos juntitos otra vez, asì que voy a aprovechar para contaros una historia que me acabo de inventar ahora mismo.
Una vez me contaron de un señor que se pensaba, que se creìa, que él era muy bueno, buenìsimo, y es que además tenìa una señora que ella tambièn se creìa muy buena, buenìsima, y claro los dos juntos como no podìa ser de otra manera se creyeron santos, muy santos, santìsimos.
Este matrimonio había tenido unos cuantos hijos, 6 para ser exactos, y la verdad es que nunca se preocuparon por ellos, cierto que los alimentaban y les daban un techo donde dormir, pero nada màs.
Esta pareja pensaba que los hijos tenìan "todos" los deberes para con los padres y no al revès, asì que cuando los hijos tuvieron la edad para trabajar, los padres hicieron todo lo posible y lo imposible para vivir a cuenta de ellos, y lo consiguieron.
La vida continuò para aquella familia còmodamente, sobre todo para aquellos padres que habìan descargado sus mochilas en los hombros de sus hijos, para que ellos las llevasen y asì los padres estaban bién descansados.
Con el paso del tiempo los hijos mayores se fueron casando y formando nuevas familias. Acertaron con la elecciòn de sus esposas, esposas que antepusieron la felicidad de sus hijos antes que la suya propia.
Los padres no aceptaban a las esposas de sus hijos porque con ellas se les acaba el chollo, y aunque ante ellas falseaban sus caras para parecer amables, con sus actos de egoìsmo y a veces en pequeños actos de desprecio que pasaban desapercibidos para todos menos para las interesadas, continuamente demostraban que lo suyo era una mascarada.
"La madre santa". Nunca fuè una buena mujer, nunca se preocupò de sus hijos, no era trabajadora, ni limpia, y siempre tuvo una lengua viperina para hablar mal de cualquier vecina o familiar, y ahora descargaba todas sus malas habilidades contra sus nueras, continuamente hablaba mal de sus nueras, con las vecinas y con cualquiera que se encontrase en la calle, y en todos los casos mentìa, mentìa y seguìa mintiendo, diciendo unas barbaridades que en caso de llegar a las interesadas la acarrearìan muchos problemas con sus hijos.
Nunca quiso a sus nueras, pero claro como las iba a querer si la habìan "robado" a sus hijos y a los dineros que sus hijos ingresaban en su casa.
El esposo era de esas personas a las que les gusta mucho fardar ante los demàs, de cosas que no son o que no tiene, solo para darse importancia, y de prometer todo lo que se le ocurre para salirse con la suya, a sabiendas de que nunca va a cumplir su palabra. Era otro aprovechado, que explotò a sus hijos mientras pudo y le dejaron las circuntancias.
Con el tiempo las nueras se enteraron de todo lo que cotorreaba su suegra en contra de ellas, por esa razòn ellas y sus esposos dejaron de tratarse con los padres.
Los padres siguieron aprovechàndose del resto de hijos con màs o menos fortuna, siempre hacièndose los màrtires, los sufridores y los santos. Nunca fueron capaces de agradecer lo que sus hijos habìan hecho por ellos.
La vida fuè trascurriendo para todos, para los hijos y para los padres, con el paso del tiempo los padres fueron tenidos cada dìa por màs Santos. Y los hijos desidentes por unos hijos muy malos.
Y aquì acaba esta historia.
(La mejor manera de aprender y la màs dura, es pasando por las situaciones que nos manda la Vida, pero la verdad es que sería mucho mejor para nosotros, si aprendièsemos viendo tropezar a los demàs o escuchando lo que ellos han pasado).
Espero y deseo que esta historia de ciencia ficciòn tenga algùn aprovechamiento. Gracias.
POSDATA:
No esperes agradecimientos en esta vida, ni tampoco esperes justicia. Esta vida es de los oportunistas, de los egoìstas y de los mentirosos, los demàs lo ùnico que podemos hacer es alejarnos de ellos... si podemos.
Salud para todos, Jesùs.
0 comentarios